En la escala de valores que hacen que hoy en día las marcas se conviertan en algo especial entran muchas variables que hace unos años e incluso unas décadas no existían.
Los clientes son el “nutriente” esencial de las agencias. Son al fin y al cabo los que llenan sus arcas. Pero, ¿y si esos clientes, aun pagando, terminan convirtiéndose en un auténtico quebradero de cabeza para las agencias?